Lo primero que se nos viene a la mente cuando pensamos en moda son desfiles, diseñadores, marcas, revistas, blogs, celebridades, influencers… Todo ello es parte de la moda, pero estás olvidando lo más básico que compone el mundo de la moda: las prendas de vestir. La ropa que diariamente usas es la base de esta industria mundial y millonaria, así que te invito a conocer un poco de ella para entender por fin qué es la moda.
Ya que todos tenemos la necesidad de vestirnos, todos podemos ser expertos en moda. La moda es mucho más cercana a ti de lo que pensabas, pues usar ropa es necesario y también “natural”. La ropa se inventó para proteger el cuerpo desnudo del clima y sus inclemencias y para cubrir áreas que, según la época, el lugar, la cultura y las circunstancias sociales, no deben mostrarse por ser inmorales, inapropiadas o prohibidas según los cánones bajo los cuales se define el pudor. Y aun en esta época de grandes libertades, conservamos costumbres pudorosas bajo nuestro propio criterio.
Además de su función utilitaria, lo que vestimos nos permite diferenciarnos de otras personas, culturas o grupos sociales, pues con sus elementos, características o símbolos específicos podemos reconocer fácilmente el chaleco de un grupo choper, un uniforme escolar o los trajes regionales de una nación. Asimismo, lo que vestimos también es un sinónimo de estatus y reconocimiento social, que puede estar definido por el poder económico, político o liderazgo en cualquier ámbito, como la playera del mejor equipo de fútbol, el guardarropa apropiado para los miembros de la realeza o el traje a medida de un empresario multimillonario.
Incluso podemos vestirnos para realizar actividades específicas, ropa para casarnos, para ir a la luna, bucear, apagar un incendio, nadar o hacer ejercicio… La ropa debe adaptarse a cada una de las actividades que podemos realizar en el transcurso de nuestra vida, así como a las circunstancias sociales en las que nos vemos involucrados.
Sin embargo, las prendas de vestir no sólo son productos que nos permiten cubrir necesidades, sino una extensión de nosotros mismos, porque difícilmente usaremos algo que no nos gusta, no nos queda, no nos representa o no cumple su función en el entorno en el que nos desenvolvemos y, curiosamente, de una forma u otra siempre encontramos esa prenda que nos representa.
Ahora bien, si el vestido o la ropa se determinan por los gustos personales o la necesidad, la realidad es que la mayor parte de la ropa que utilizamos está determinada por algo mucho más grande que el individuo: la moda, es decir, el conjunto de todos los aspectos sociales, culturales, económicos, políticos, religiosos y demás que influyen en las sociedades y en sus individuos.
Por lo tanto, de cierta forma podemos decir que la moda está representada dignamente por cada uno de nosotros, por lo que hacemos, creemos, desarrollamos o creamos. La moda define, pero también se alimenta de lo que cada individuo en particular va decidiendo sobre ella.
¡Hacemos moda a nuestro modo!
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